Diptych
Natalia Treviño
After Ken Gonzales-Day’s Erased Lynchings, 2006, fifteen ink-jet prints
Amones de aqui oye, pendejiando a toda
madre tu, como tu pinche gueyeh hermano
que no creia que lo iban a ganchar asi
como un marrano en este árbol— te lo
juro, vato. Ya vente mientras no nos ven,
guey porque si nos ven, oye, mala vibra,
nos alcanzan. Esos pinches hijos de su puta
gringa madre. Mira! Aqui la Virgen ya
marcho. No te oye ni madre. Ni tu madre te
oye. No te hagas. No te oyen nadien ni tu
madre, guey. Dijiste que querias
ver adonde fue tal cosa. Ya! Ya! Aqui. Y que?
Que?—La pinche rama, te lo juro que casi
habló, casi lloró como una mama torcida
con so pecho todo jodido. Asi se puso la
rama, guey. Alli fue donde. Tu hermano.
Aqui. No te cagas. Guey. Hijo de su, de tu,
de la madre. Levantate. Levantate. Sabes lo
que les dijo uno d’esos cabrones, alli? Alli:
“No los dejen llorar, esto es lo que lo
chingo.”
Let’s get the out of here, pendejo, messin’
round like a mutha, like your idiot brother.
Didn’t think they’d string him up like a
hog. I swear vato. Come on or they’ll see us
dammit because if they see us. Fuck.
They’ll get us. Bastards, sons of their gringa
puta mother. Look! The Virgen is gone.
She doesn’t hear a damn thing. Not even
your mother hears you. Christ. You said
you wanted to see where it happened.
There! I showed you and what—what—
that long branch, man. I swear I heard it
nearly say something. It cried like a mutha.
All twisted down with her chest torn up
and— It did. That limb, that one. Your
brother. Here. Don’t shit yourself, güey.
That son of a, that son. Of a motherfuckin’.
Get up. Up. You know what one of the
fuckers said right there. Right there: “Don’t
let them cry, this is what he got.”